El mago presenta un grillete metálico con unas esposas incorporadas y un candado, que son examinados por los espectadores. El artista se coloca en el cuello el grillete y las manos en las esposas, y el espectador lo cierra con el candado, sujetando el cuello sin posibilidad de evadirse. Una vez comprobado que no es posible trucaje alguno, el mago se evade sin problemas.